PASOS PARA CREAR UNA EMPRESA
Manuel Venegas Gamero, Administrador Único de Factor Consultores
El inicio de un proyecto empresarial se vertebra en base a dos elementos fundamentales: la idea del negocio y la figura de la persona que va a emprender. La idea puede ser tanto novedosa, como una ya consolidada (restaurantes, centros educativos, agencias de viajes…). Pero en ambos casos es necesario estudiar la idoneidad de su ubicación, a través de un estudio de mercado (estudio de la competencia, encuesta a consumidores, opinión de expertos, etc.), como del conjunto de requerimientos que exige su puesta en marcha (administrativos y legales, formativos, de inversión, etc.).
La persona del emprendedor es quien lidera el proceso de creación de la empresa, y entre otras cualidades debe tener un gran entusiasmo; flexibilidad para hacer frente a un mundo de profundos cambios; contar con el apoyo de los suyos; y algo fundamental: va a tener que trabajar muy duro, y sin perder la sonrisa. No es imprescindible que sepa de contabilidad o finanzas, pues estos servicios se pueden subcontratar; pero sí es necesario que sepa gestionar correctamente el negocio. También debe tener una cultura empresarial. Esta formación puede ser adquirida a través de la tradición familiar, porque lleve mucho tiempo en el negocio, o porque haya estado aprendiendo a través de la experiencia de otros negocios.
Una vez que tenemos la idea contrastada y el emprendedor está preparado para abordar el proyecto, hace falta tener un plan de negocio, y para ello se han de prever los distintos escenarios (optimista, pesimista, intermedio, etc.) y disponer de recursos para salir adelante desde el peor de ellos.
El plan de negocio es el documento donde se desarrollan todos los aspectos relativos a la planificación y puesta en marcha del proyecto: análisis del mercado, plan de marketing, organización de las actividades y de los recursos humanos… Cuestión vital para el éxito del proyecto empresarial es la búsqueda de los recursos financieros, que deben cubrir todos los gastos e inversiones necesarias: desde que empezamos a echarle tiempo a la idea, hasta que los flujos de ingresos sean suficientemente importantes y de forma regular para que se pueda añadir el salario del emprendedor a la cuenta de gastos mensuales.
Hagamos una reflexión estratégica: ¿Quién está realmente comprometido con la empresa en cuerpo, alma y patrimonio?, si la respuesta no es inmediata y sales tú en ella, no creo que debas confiar en tener padrinos. Te van a poner una lupa desde la cabeza a los pies, y algunas de las preguntas serán duras, pero debemos tener claro y preparado el terreno; ¿has ahorrado para emprender el proyecto?, ¿tienes patrimonio que aportar como garantía?, ¿tu familia?; puede que no estés de acuerdo con un análisis tan exhaustivo de tus capacidades “patrimoniales” pero, al final, ellos hacen su trabajo, le has convencido con persona, tu plan de negocios es viable, pero les falta conocer tus posibilidades de afrontar el proyecto, y para ello quieren una red de seguridad (garantías). El que se va a tirar a la piscina eres tú, sólo puedes prepararte bien para que si tienes oportunidades de negocio hacerlas funcionar.
Así que los deberes comprenden una cuenta de gastos e inversiones realista, unos ahorros para poder vivir hasta estabilizar la velocidad del proyecto y garantías patrimoniales suficientes. Tras la evaluación de la idea, la realización del plan de empresa y disponiendo de los recursos necesarios para financiar el negocio, se puede proceder a la constitución y puesta en marcha del mismo. Para ello se elegirá la forma jurídica y se cumplirá con una serie de trámites y formalidades que van a depender de la forma jurídica que se haya elegido. Ánimo y a emprender, que es la aventura de nuestras vidas.
